domingo, 15 de abril de 2012

Es malo el exceso de soledad.

Ay, ésta mesa. Que recurdos.
El brillo, el esplendor de cada día es para ti, disfrútalo.
Si quieres compañía no dudes en buscarla, alguien te busca o espera por ti.
Que me dices, quizás una playa o la montaña o cualquier rincón de la ciudad, una mesa, -sólo para dos- la complicidad de las velas, dos copas de vino, el murmullo del mar o el canto de los grillos en la oscuridad, conversando de la vida o de algo particular y la música que no debe faltar para conectar las almas en la intimidad.
Tal vez, así se presenta el amor  bajo el manto de la noche lleno de estrellas y la mirada que expresa lo que viene del sentimiento y los labios con una sonrisa que no pueden esconder la pasión del momento.
El resto me lo cuentas tú otro día como hoy. 

La vida es hoy.

Atardecer en el Mar Caribe.
Si me detengo en este preciso instante de la vida, como observando el pasado que no volverá, examinando el hoy,  pensando en el mañana, sin dudar me quedo con el hoy.
-Ayer se fue, ya no es.
-Hoy es la vida y mi presente.
-Mañana no sé si existirá porque siempre, siempre vivo  hoy.
Es indudable, claro está que en hoy están acumuladas toda la experiencia del ayer, cada uno de los instantes que me hicieron crecer, la ingenuidad del niño que fui, todo lo vivido y que ha formado el carácter del hombre que soy, ya que, cada día recolectamos muchas cosas en el camino y las llevamos para siempre en nosotros, muchas veces sin conciencia de lo que guardamos.
Haciendo una reflexión me doy cuenta que hay que tener  cuidado con lo  que guardamos y de los limites que colocamos en la mente, muchos de esos limites son verdaderos obstáculos que nos impiden ser libres para disfrutar plenamente el hoy.
Hoy es la Vida.
Hoy podemos crear y crecer.
Hoy podemos hacer una fantasía, un sueño realidad.
Mientras exista un hoy, jamás será tarde para soñar y  hacer los sueños realidad.

-Cuando nacimos compramos un boleto sin retorno,  que debemos disfrutar cada día, porque este es el único boleto que no puedes devolver y que no puedes volver a comprar.
Es el boleto de un viaje por la vida y el destino ya sabemos cual es.