domingo, 24 de junio de 2012
Estoy cansado.
Estoy cansado que pretendan controlar mis sueños, que no me dejen en paz para imaginar y crear.
Estoy cansado de esas noticias que vienen y van, de la mentira vulgar que dejan rodar para confundir y enredar. Maquiavelo se quedó perplejo, desde donde está se ha quedado triste de pensar que le faltó imaginación frente a estos jefes de hoy que no se cansan de tanta desazón.
Estoy cansado de la miseria que está presente en la mente de la gente y no me refiero a la pobreza del indigente.
Estoy cansado de volver la cara y esconder la mirada, de escuchar la misma voz que no es de amor, que me atormenta el corazón con su amenaza de lobo feroz.
Estoy cansado de esconderme en la misma casa, como ladrón corriendo de la gente, cuando en las calles brilla el sol y en el mundo hay un presente.
Estoy cansado del abuso de la mente sobre los demás presentes, utilizando la tristeza que llevan en el rostro como marcados para siempre por comprar ilusiones en el circo que se apaga y se prende, para colmo está en donde duermen.
Estoy cansado de la misma pregunta cada mañana, -¿hasta cuando? - ¿hasta cuando?
Estoy cansado de la misma respuesta, no es mi culpa es del vecino que está ausente.
Y sigo viendo a mis hijas que de niñas se hicieron mujeres caminando de frente entre los mismos jefes, sin perder la esperanza con la mirada elevada, luchando por su presente. Ya las admiro por tanta determinación es lo que me da la esperanza de un futuro mejor.
Estoy cansado.
Estoy cansado.
Esto lo escribí ayer, ya hoy se me pasó, me puse los pantalones, me apreté el cinturón y con la fuerza del Elefante que el Rey no cazó, camino de frente como fiero León extendiendo mi mano donde está tu corazón, con unas palabras, con una flor, con mi amor, con la paz como condición pero sin doblegar los principios que me regaló la vida como garantía de un mundo mejor, para devolver la dignidad, la tranquilidad y la luz que se perdió.
Si cada quien con cada cual, cada día coloca un pequeño granito de arena para construir, para edificar, sin destruir, poquito a poquito todo cambiara en favor de
-Tu ser, -Tu hogar, -Tu comunidad, -Tu Ciudad, -Tu País, -de toda la humanidad.
Nada porqué celebrar.
Esta la historia.
Corría el año de 1972, en el Primer período Presidencial del Dr. Rafael Caldera Rodríguez, cuando por solicitud de la Federación de Colegios de Abogados de Venezuela, decreta, se celebre el 23 de junio el “Día Nacional del Abogado”, en conmemoración al natalicio de Cristóbal Hurtado de Mendoza, quien nació en Trujillo el 23 de junio de 1772, “Presidente del primer Triunvirato” desde el 5 de marzo de 1811 hasta marzo de 1812, (primer Presidente constitucional de la República de Venezuela en el año de 1811) y compañero de luchas de nuestro Libertador Simón Bolívar.
Esta mi opinión.
Tenemos hoy los Abogados algo que celebrar?
Creo que no.
La dama dejó de ser ciega desde hace largo tiempo y hoy la celebración se debe convertir en lucha para devolver la dignidad, el equilibrio y la majestad al poder judicial, con la paz como condición pero sin doblegar los principios que la vida nos regaló como garantía de un mundo mejor, para devolver la igualdad y la luz que se perdió.
sábado, 16 de junio de 2012
Escuchando la voz del corazón.
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