No comprendo lo que pasa, cada día llega el cartero con la misma correspondencia, rutinariamente abro la carta y leo.
“…ya no hablamos, ya no te escucho, ya no te espero, ya no te veo..."
No comprendo, el remitente se borró, cada día coloco la carta en el mismo lugar, pero nunca está la del día anterior.
Que extraño es todo esto!
Las flores en el comedor no se marchitan, cada día recibo las mismas noticias, tal parece que el tiempo está detenido en este lugar.
Sé que el tiempo pasa porque el reloj sigue su movimiento implacablemente.
No crece el cabello, ni la barba, ni las uñas.
Mi cuerpo se mantiene inerte, el corazón late igual que siempre, pero mi cuerpo no está envejeciendo.
Camino hasta la sala, temeroso corro un poco la cortina de la pequeña ventana, afuera todo transcurre igual que siempre, la gente pasa, la multitud se mueve, hay un correr permanente.
Ella pasa, hermosamente vestida, como siempre.
En el bosque que está frente a mi ventana todo transcurre igual, me quedo expectante, viendo como caen las hojas de los árboles, una a una como lluvia y vuelan por las calles, cada primavera reverdecen los botones y brotan nuevas flores.
Y ella pasa, hermosamente vestida, seductora, encantadora, como siempre.
Voy a la habitación buscando la inconciencia para no pensar, me quedo dormido, siempre sueño con la misma sombra que se desvanece en la oscuridad.
Despierto y las noticias siempre son las mismas, voy dispuesto a afeitarme pero no hay vellos en mi rostro, el cuerpo está inerte.
El cartero toca y hace correr la correspondencia por debajo de la puerta, siempre la misma carta, sin fecha, sin remitente -se borró.
“...ya no hablamos, ya no te escucho, ya no te espero, ya no te veo...”
La carta de ayer no está en su lugar.
Me doy cuenta que mi vida no transcurre igual.
Me doy cuenta que mi vida se quedó detenida en un tiempo y en un mismo pensamiento, pero veo por la ventana y en la calle la gente va y viene sin cesar.
Ella pasa, hermosamente vestida, seductora, encantadora como siempre, pero hoy es diferente, su rostro ha cambiado.
No entiendo, no comprendo, voy al espejo y siempre veo el mismo rostro, no envejece.
No pienso en salir a la puerta de la casa, porque el pensamiento no transcurre.
Ya no tengo hambre, ya no siento sueño, todo se ha borrado de mi pensamiento.
Un solo recuerdo permanece en mi mente.
Afuera brilla la luz del sol pero no entra por mi ventana, la casa se mantiene oscura, en penumbras y las flores no se marchitan nunca.
Tocan la puerta, es el Cartero, abro la carta, ésta vez es diferente.
“...Que pasa, por qué no vives? Por qué no vienes?
-Siempre te espero en el mismo lugar, igual que siempre...”
Veo por la ventana y ahí está, sentada en el banco del bosque, hermosamente vestida, como siempre.
Con mucho temor me pongo una chaqueta, salgo a la puerta, me voy caminando al bosque, las manos escondidas en los bolsillos, veo al cielo que está claro, hermoso, de repente toco mi cara llena de barba, las manos arrugadas, estoy envejeciendo, igual que ella.
Es evidente, ha pasado el tiempo en mi cuerpo.
La saludo con un beso en la mejilla, poco a poco tomo su mano entre las mías, la abrazo, la ciño en mi corazón, siento como se estremecen los cuerpos en el encuentro, su calor me agrada tanto que no quiero dejar de sentirla, pero no quiero intimidarla.
Estamos hablando pero ya no comprendo nada, dudo si hablamos el mismo idioma.
Tal parece que mi pensamiento nada ha vivido y aún se mantiene inerte en el pasado en un solo recuerdo, pero el tiempo si transcurrió, han pasado los años.
De repente surge la confusión, siento que he perdido algo muy importante en mi vida por no arriesgarlo todo.
A veces, así es la vida, o entregas todo o no hay nada.
La veo, la escucho, e inmediatamente entiendo porqué.
Entiendo porqué las ideas se quedaron detenidas en mi pensamiento por ella.
La similitud de lo que he buscado, está en ella, en su Ser.
Su cuerpo es fascinante, me encanta con un hechizo único.
Como no podría ser así?
Pero su forma de ser en libertad, cuando es en realidad, es eso lo que me seduce con encanto singular, hace volar los sueños, la fantasía, la creatividad.
Pero su forma de ser en libertad, cuando es en realidad, es eso lo que me seduce con encanto singular, hace volar los sueños, la fantasía, la creatividad.
Es indudable, es ella.
Sé que es única.
No hay dos.
Es inútil que la siga buscando en los demás.
No hay dos.
No hay dos seres iguales.
Me levanto del banco, ciño de nuevo su mano, me despido y camino al refugio donde no pasa el tiempo, con mis recuerdos y la verdad que ha destronado la fantasía de la posibilidad.
Sé que no puedo vivir detenido en el tiempo, pero no puedo despertar un día y decir adiós a lo que siento, a lo que soy, a las personas que identifico como espejos de mi alma. No puedo.
No puedo dejar de querer a las personas que encuentro en el camino y llegan a mi mente y a mi corazón. No puedo.
Quien sabe, mas adelante en esta vida o en otra vida será.
Así es la belleza de la vida que nos plantea el juego de vivir a plenitud para hacer un sueño realidad.
Hay momentos en el camino que creemos que estamos muriendo nos quedamos inertes, paralizados y en realidad es cuando estamos viviendo con intensidad.
Si no reímos, no lloramos, no sufrimos, en realidad tampoco vivimos, -no crecemos.
Así es la danza de la vida.
Así es la danza del amor.
Así eres tú.
Así soy yo.
(Carta de Fernando, inspirada en Elena – Obsesiones de la Mente).
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