| Fotografia - Mafe V. |
Cuando aprendes a sentir a las personas extrañas su olor, el contacto de la piel, la sutil caricia que te hace estremecer.
Cuando aprendes a sentir a las personas extrañas la mirada, el cruce penetrante, celaje silente que colma el pensamiento aguardando el momento del celoso encuentro.
Cuando aprendes a sentir a las personas extrañas la voz, ese murmurar que se hace canción en la intimidad, que te hace reír, que te hace soñar.
Cuando aprendes a sentir a las personas, no importa la distancia, no hay tiempos, con la voz apagada, la mirada fija, jugando con el pensamiento aguardas la presencia, para conquistar su mundo, sus sueños.
Cuando aprendes a sentir a las personas, no hay besos, no hay caricias, no hay miradas que ayuden a olvidar, cada quien conquista un espacio en nuestro ser que nadie más puede ocupar, quizás el tiempo lo podrá lograr.
Cuando quieres aprender a sentir a las personas y dejas pasar el momento sin tocar la puerta para entrar, para ocupar un lugar, serás esclavo para siempre de ese sentimiento que solo se hizo presente en el pensamiento.
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